sábado, 13 de abril de 2013

EQUIPO.13. JUEVES NEGRO

El Jueves Negro tuvo lugar el 24 de octubre de 1929, día en el que dio comienzo la caída en la Bolsa de Nueva York y con ella el Crack del 29 y la Gran Depresión. El desplome de la Bolsa de Valores de Nueva York el Jueves Negro produjo una situación de verdadero pánico que provocó la posterior crisis bancaria en Estados Unidos
 
En Mayo de 1926; Inglaterra padece una de las mayores huelgas generales de su historia, cuyos coletazos se extenderán prácticamente hasta finales de año. La industria del carbón se paraliza durante meses, y el país pasa de exportar a importar el mineral. La economía se encuentra postrada, con unos precios y costes internos artificialmente altos, que debían ajustarse en pro de la competitividad; pero los sindicatos no estaban por la labor.



Con tal de no molestar a las centrales sindicales, unas autoridades convencidas ,prefirieron presionar a los bancos para que proporcionaran crédito con el que comprar el carbón al resto del continente.

Una operación financiera sin demasiado sentido que deterioró enormemente la salud de los bancos ingleses y los convirtió en deudores de Francia y Alemania, cuyos bancos centrales acumulaban grandes cantidades de libras esterlinas convertibles en oro. Y tan pronto como la City comenzó a perder oro a finales de ese año, todas las alarmas saltaron.

Se trataba de una situación incómoda para todas las partes implicadas: por un lado, el Banque de France y el Reichsbank consideraban que ya estaban demasiado expuestos a una moneda –la libra– que cada vez resultaba menos creíble, y además querían reconstruir sus reservas de oro para estabilizar sus respectivas divisas; por otro, el Banco de Inglaterra sabía que no tenía suficiente metal para seguir pagándoles, y que su única alternativa para proteger sus reservas –la única que habían tenido desde siempre los banqueros centrales en este tipo de situaciones– era subir el tipo de interés, medida que resultaba inaceptable para los propagandistas del dinero barato, como Keynes.

Por este motivo, el gobernador del Banco de Inglaterra, el célebre Montagu Norman, solicitó auxilio al poderosísimo presidente de la Reserva Federal de Nueva York, aquel al que Milton Friedman calificaría años más tarde como "un hombre verdaderamente notable": Benjamin Strong. Norman y Strong eran amigos íntimos (Barry Eichengreen describe sus relaciones personales como "cálidas y de mutuo respeto"), y ambos estaban vinculados directa o indirectamente con JP Morgan.

Strong estaba convencido de que los bancos centrales debían ser solidarios y ayudarse entre sí, motivo por el cual convocó a mediados de 1927 una reunión de gobernadores de bancos centrales en Long Island; "el club más exclusivo del mundo", como se dijo entonces.

La reunión estaba claramente diseñada desde un principio para presionar a los bancos centrales de Francia y Alemania para que dejaran de exigir al de Inglaterra el pago en oro de sus deudas y se conformaran con libras esterlinas (algunos infelices todavía confunden hoy esta suerte de farsa monetaria con el patrón oro). Pero las cosas no salieron como Strong y Norman habían planeado. El gobernador del Reichsbank, Hjalmar Schacht, era un astuto negociador que no se casaba con nadie, y su homólogo francés, Émile Moreau, declinó asistir: en su lugar envió a uno de los economistas monetarios más brillantes del s. XX, Charles Rist.


Rist conocía perfectamente las intenciones del tándem Strong-Norman, pero antes de tomar una decisión prefirió consultar a otro de los grandes genios monetarios del s. XX, Benjamin Anderson, economista en jefe del Chase National Bank.

Anderson acudió a la Reserva Federal de Nueva York con la intención de presentarse en el despacho de Rist, donde ambos tenían pensado discutir sobre la situación financiera internacional y cuál debía ser la política de los bancos centrales al respecto. Pero mientras deambulaba por los pasillos , Strong se cruzó con Anderson y rápidamente trató de abortar la reunión entre ambos entrando primero en el despacho de Rist.

En teoría, mientras Strong estuviera reunido con Rist, éste no podría atender a Anderson.

Sin embargo, el economista en jefe del Chase National Bank era un hombre de gran paciencia, y ante las disculpas reiteradas del secretario personal de Rist, le advirtió de que estaba dispuesto a esperar "indefinidamente", hasta que Strong saliera. Finalmente, tras cerca de una hora, se le invitó a entrar… pese a que Strong todavía seguía dentro.

Una vez se marchó éste, Rist y Anderson discutieron libremente sobre la gran expansión crediticia que había tenido lugar al amparo del patrón-divisa oro y de la muy delicada situación en que se hallaba el Banco de Inglaterra.

Así, cuando Norman y Strong pidieron a Schacht y Rist que se olvidaran de demandar oro a Londres y que acometieran una política monetaria expansiva que aliviara aún más las tensiones sobre la City, ambos se negaron. Schacht fue rotundo: no quería bajar artificialmente los tipos para seguir inflando más el crédito: "No me deis un tipo de interés bajo. Dadme un tipo de interés verdadero y yo sabré cómo mantener mi casa en orden", les reprochó.

Fue entonces cuando Strong desistió y advirtió de que, incluso si Francia y Alemania no colaboraban, Estados Unidos ayudaría a Gran Bretaña mediante una política de crédito barato, lo que de paso le serviría para "dar un pequeño empujoncito a la bolsa estadounidense".
Desde luego, Strong sabía de qué hablaba. No era la primera vez que le daba un empujoncito mediante la expansión artificial del crédito. En 1922, la Reserva Federal llevó a cabo la primera operación de mercado abierto de su historia (compras de deuda pública) y el Dow Jones se disparó de 70 puntos a más de 100. En 1923, Strong enfermó y el resto de miembros de la Reserva Federal, no demasiado de acuerdo con sus políticas inflacionistas, dejaron de expandir el crédito, con lo que el Dow Jones cayó a 90 puntos. Cuando Strong se reincorporó un año más tarde y se reanudaron estas operaciones, el Dow Jones se catapultó hasta los 160 puntos. En 1927 se trataba, pues, de meterle la última inyección energética.

La conferencia de gobernadores no cristalizó en ningún acuerdo unánime demasiado concreto. Schacht y Rist se fueron con el compromiso de rebajar ligeramente su presión sobre el Banco de Inglaterra pero sin sumarse a la orgía inflacionista que estaba a punto de empezar. En cambio, Strong sí prometió a su buen amigo Morgan que la Reserva Federal prestaría 12 millones de libras en oro al Banco de Inglaterra, y que rebajaría los tipos de interés por debajo de los suyos para evitar que los inversores ingleses sacaran su oro del país a fin de depositarlo en los bancos estadounidenses.

Dicho y hecho. En agosto de 1927 los tipos de interés caen medio punto, hasta alcanzar prácticamente su mínimo histórico, y, sobre todo, se duplica el volumen de las operaciones de mercado abierto (por las que se canalizaba el crédito a los bancos para que a su vez rebajaran los tipos de interés a sus clientes). Y, ciertamente, la borrachera bursátil respondió a las expectativas: entre agosto de 1927 y octubre de 1929, el Dow Jones se disparó de 170 a 380 puntos.

No es extraño, vistas esas cifras, que la Reserva Federal se asustara del monstruo que ella misma había ayudado a crear. A finales de 1927, el gobernador Strong enfermó de nuevo y se retiró de la política activa (murió un año después), por lo que su sustituto, Roy Young, tuvo las manos libres para intentar revertir sus errores.

Entre febrero y julio de 1928 los tipos de interés pasaron del 3,5 al 5%, pero aunque el ritmo de expansión crediticia se moderó, ya era tarde: el boom bursátil había empezado, y ni siquiera la Reserva Federal tenía capacidad para detenerlo.

Se había creado demasiado crédito durante demasiado tiempo, y ahora era imposible de retirar. Ya lo decía con resignación Benjamin Anderson:
Cuando la bañera del piso de arriba se ha desbordado y ha estado vertiendo agua durante cinco minutos, no es complicado lograr que deje de hacerlo y aprovechar para fregar el suelo. Pero cuando ha estado vertiéndola en grandes cantidades durante muchos años, las paredes, los falsos techos y el suelo están echados a perder, y resulta muy costoso y complicado retirarla. Mucho después de que se haya cerrado el grifo, el agua seguirá rezumando por las paredes y el techo.

El exceso de crédito siguió ahí hasta que fue destruido, de manera desordenada y caótica, durante el proceso de quiebras bancarias que inauguró el crack bursátil de 1929.

Mas de ochenta años después, no está de más recordar que fueron las políticas inflacionistas de la Reserva Federal las que generaron ese auge artificial que inevitablemente terminó pinchando. Hay cosas que, por desgracia, no cambian.

EQUIPO.12. SITUACION EN EUROPA A PARTIR DE 1919

Europa empezó el siglo XX con Estados fuertes; muchos de ellos habían construido imperios inmensos. Alemania e Italia se habían constituido como naciones soberanas, y el imperialismo político y económico inevitablemente despertó rivalidades.
Como reacción se conformaron diversas alianzas. Por una parte Alemania, Italia y el Imperio Austro-Húngaro formaron la Triple Alianza; por otra parte, Francia, Rusia e Inglaterra conformaron la Triple Entente.
La rivalidad entre las potencias se fue haciendo mayor. Francia pretendía recuperar Alsacia y Lorena, que estaban en poder de Alemania; Inglaterra estaba preocupada por el gran desarrollo industrial y económico de Alemania; por su parte, Alemania pretendía reforzar su hegemonía centroeuropea; y Rusia quería consolidar su posición en Los Balcanes, frente al Imperio Austriaco-Hungaro.
Las naciones europeas se estaban preparando para una posible guerra que, de producirse, preveían como breve, pero la realidad superó ampliamente todas las previsiones con una guerra larga y con consecuencias sociales y políticas que, en cierta medida, crearon las condiciones para que veinte años más tarde estallara la Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, los conflictos entre naciones no eran los únicos que formaron parte de las características de comienzos del siglo XX en el viejo continente.
En 1917, en plena guerra mundial, en Rusia se produjo la primera revolución socialista. El régimen Zarista, uno de los pocos con características monárquicas que quedaban en Europa, cayó frente a un ejército revolucionario animado ideológicamente por el socialismo y el marxismo.
La Revolución Rusa ha tenido una enorme trascendencia histórica, a veces comparada con las consecuencias de la Revolución Francesa. En el caso de los rusos, intentaron llevar a la práctica las teorías marxistas que proponían la sustitución del orden capitalista por un nuevo sistema dirigido por el proletariado. Este modelo sirvió de guía a los intentos que, posteriormente, se realizaron en otros países para instaurar un sistema comunista.
Desarrollo de la Revolución Rusa
Como ya hemos mencionado, el Imperio ruso se encontraba a principios del siglo XX, gobernado de manera absoluta por el Zar Nicolás II. La situación económica era absolutamente precaria, principalmente para la gran masa de campesinos que predominaba en el país.
El ingreso de Rusia en la Primera Guerra Mundial aumentó los problemas económicos del pueblo y acrecentó el malestar hacia el régimen zarista. Este descontento se materializó en febrero de 1917, cuando en San Petersburgo estalló una revolución que obligó al zar a abdicar, eligiendo un gobierno provisorio en manos de Alejandro Kerensky.
Los cambios introducidos por el gobierno provisorio no fueron los esperados y pronto comenzó la agitación popular promovida por el sector político de los Bolcheviques, cuyo principal líder era Lenin. Esta agitación puso fin al gobierno de Kerensky en la llamada Revolución de Octubre.
Una de las primeras medidas tomadas por los Bolcheviques fue firmar un tratado con Alemania (Tratado de Brest –Litovsk), mediante el cual Rusia se retiraba de la guerra a cambio de algunas pérdidas territoriales. Junto con eso, comenzaron los cambios políticos y económicos internos. Se abolió la propiedad privada; se expropiaron tierras que estaban en manos de la nobleza y la Iglesia; industrias y fábricas pasaron a manos del Estado. Todas estas medidas significaron en su conjunto, transformar a Rusia de un Imperio a un gobierno de régimen socialista.
La implementación de esta serie de medidas provocó el rechazo de los sectores más conservadores de la sociedad rusa, lo que provocó el estallido de una guerra civil que se prolongó hasta 1920 y que costó la vida a miles de personas (incluyendo al zar y su familia). Una vez que se produjo el triunfo del Ejército Rojo (Bolchevique) se aprobó una Constitución que transformó a Rusia en una Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S.).


Al morir Lenin en 1924, asume el poder como jefe del gobierno soviético Stalin, el cual, mediante una serie de purgas fue eliminando a sus enemigos políticos y consolidándose en el poder.
El gobierno de Stalin, que va desde 1928 hasta su muerte en 1953, es caracterizado como una dictadura de carácter personal y cuya obra puede resumirse en los siguientes puntos:
- Reestructuró definitivamente el Estado como uno de tipo Federal integrado por las Repúblicas Soviéticas.
- Industrializó el país a través de los llamados planes quinquenales, cada uno de los cuales, durante 5 años se encargaba del desarrollo de un sector de la industria (industria pesada, siderúrgica, energética, etc).
- Colectivizó las tierras eliminando todo vestigio de propiedad privada.
Como consecuencia de estas transformaciones, la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas logró superar la crisis económica que se arrastraba de los períodos anteriores y con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial, se convirtió en una de las dos superpotencias que se disputaba el predominio mundial.
La crisis de postguerra
Al terminar la guerra en 1918,  tanto los países vencedores como vencidos estaban destruidos. El final del conflicto no logró generar condiciones de tranquilidad ni orden para el continente. El Tratado de Versalles (1919) impuso una serie de  duras  condiciones a  Alemania: pago  de  reparaciones de  guerra  a  los vencedores, ejército limitado a 100.000 hombres, etc. Este tratado fue considerado por muchos alemanes, durante los años veinte y treinta, como una de las principales causas de sus problemas políticos y económicos.
Italia se encontraba en medio de numerosas dificultades económicas y sociales que fueron aprovechadas por Benito Mussolini para llegar al poder en 1922 e implantar un régimen fascista.
En 1933, Hitler se convirtió en canciller alemán, y entre sus objetivos se encontraba la búsqueda del "espacio vital", que se tradujo en una agresiva política exterior cuyo resultado conduciría a la guerra.
El Fascismo Italiano
La sociedad italiana, defraudada producto de las escasas compensaciones territoriales obtenidas en el Tratado de Versalles, comenzó a dar un importante apoyó político al partido Fascista dirigido por Mussolini. Sus partidarios lo proclamaron “Il Duce” (el líder), el encargado de liderar el régimen que permitiría la recuperación de Italia.
Una vez en el poder, los fascistas se encargaron de organizar un gobierno de tipo totalitario, con un marcado carácter nacionalista y de exaltación de su líder, del cual podían formar parte solo los elegidos, por lo tanto eran críticos del sistema democrático. Desde un punto de vista económico, el régimen fascista estableció un estado de tipo Corporativo y de promoción de obras públicas.
Las mayores consecuencias del Estado Fascista se encuentran en su política exterior, ya que esta se basó en un marcado expansionismo asociado a la militarización de la sociedad. Italia conquistó Etiopía en África y Albania en Europa, rompiendo las disposiciones de la Sociedad de las Naciones. Estos hechos serán, entre otros, determinantes para el estallido de la Segunda Guerra Mundial.

El Nacional Socialismo Alemán
Al igual que el caso italiano, el surgimiento y consolidación del Partido Nacional Socialista Alemán (conocido como Partido Nazi), se debió a las repercusiones de la Primera Guerra Mundial. Alemania había sido derrotada en la guerra y sometida a duras condiciones de paz por el Tratado de Versalles, las cuales se vieron en la obligación de aceptar. El país se hallaba arruinado económicamente, y la naciente República no era capaz de solucionar los problemas. La situación se agravó aún más con la depresión de 1929, por lo que muchos comenzaron a confiar en quien proponía un gobierno fuerte que rechazara las cláusulas impuestas por Versalles y que estuviera dirigido por un caudillo que actuara como aglutinador de la sociedad y que planteara además, la recuperación de la grandeza de Alemania. Ese rol le correspondió a Adolfo Hitler.
Una vez en el poder, Hitler y el partido nazi, se propusieron a través de una importante campaña propagandística, inculcar al pueblo alemán los valores propios del nazismo, entre los cuales se contaba:
- La unión de todos los alemanes en una “Gran Alemania”.
- La recuperación del “espacio vital” alemán (para ellos debían recuperar territorios perdidos por el tratado de Versalles).
- La nacionalización de grandes empresas.
- La persecución a los no arios (particularmente a los judíos, a quienes se les quitó la nacionalidad alemana en 1935).
Todas estas disposiciones, requerían de un importante apoyo militar, por lo que el régimen nazi militarizó nuevamente a Alemania, desarrollando una carrera armamentista y de marcado afán expansionista, que los llevó a anexar Austria e invadir Checoslovaquia. A nivel interno, el ejército declaró su lealtad al Führer (nombre que recibe Hitler como caudillo máximo), por lo que se daban todas las condiciones para el establecimiento de un gobierno de carácter dictatorial, que disolviera los partidos políticos que fueran de oposición y que a través de su política exterior, provocara el estallido de la Segunda Guerra Mundial.


La Gran Depresión de 1929
Al finalizar la Primera Guerra, la economía mundial comenzó a experimentar una mejoría, fundamentalmente por el crecimiento que empezó a tener Estados Unidos, quién se convirtió en el país con mayores índices de crecimiento en el período.
Europa, destruida y arruinada con la guerra, dependía de los préstamos estadounidenses, los que permitieron un paulatino repunte y un renacer económico que pretendía dejar atrás, los dramáticos sucesos de la guerra. Los “Felices Años Veinte” parecían ser la consolidación del sistema económico liberal. Sin embargo, esta situación de aparente estabilidad se derrumbó el 24 de octubre de 1929; ese día, conocido como el “Jueves Negro”, cayó la Bolsa de Valores de Nueva York, arrastrando a la economía mundial a una Gran Depresión, la cual tendría repercusiones económicas, políticas y sociales de amplia magnitud.
Las causas que dieron inicio a esta crisis son múltiples, pero quizás una de las más importantes se relaciona con la carencia de un ente regulador del sistema económico, lo que provocó una especulación financiera y principalmente productiva, lo que terminó saturando los mercados debido a que los niveles de producción superaban el consumo de la población. Las empresas comenzaron a ver sobrepasado su stock de productos, muchos comenzaron a desconfiar del sistema económico vendiendo sus acciones en la Bolsa de Valores, lo que terminó provocando su desplome.
Esto fue solo el comienzo de una crisis que se prolongó durante años; los precios de los productos bajaron considerablemente, lo que significó que muchas empresas debieron cerrar, esto tuvo como consecuencia el despido de muchos trabajadores. El aumento de la cesantía frenó aún más el consumo, por lo que la economía quedo paralizada. Con Estados Unidos en crisis, se suspendieron los préstamos monetarios a Europa, por lo que los países de este continente suspendieron el pago de sus deudas, así como también las compras de materias primas en otros países. (Como fue el caso del salitre chileno, tema que explicábamos en la unidad del Siglo XX chileno: la búsqueda del desarrollo económico y la justicia social).

EQUIPO.10.PERIODO ENTRE GUERRAS

Este periodo se extiende desde el final de la 1ª Guerra Mundial hasta el inicio de la Segunda. Esta época es una de las más inestables política y económicamente, tanto en Europa como en Estados Unidos.  Los hechos más destacados son:  El estallido de la Revolución rusa y la consolidación del primer Estado comunista.  El “crack” dela Bolsa de “Nueva York” y la gran depresión económica.  La presencia de regímenes totalitarios, fascismo y nazismo en Europa.
 LA REVOLUCIÓN RUSA
 La autocracia Zarista en el siglo XX • Zarismo: - Una autocracia donde el zar tenia el poder absoluto. - Gobernaba por decreto. No estaba sujeto a ninguna Constitución ni Parlamento. - Control del imperio: una fiel burocracia y un poderoso ejercito. - Iglesia ortodoxa. • Agricultura: - Terratenientes de la aristocracia. - La mayoría de la población campesina. • Surge el proletariado entre los que se difunde el marxismo. • En 1898 se funda el Partido Socialdemócrata Ruso.
 REVOLUCIÓN DE FEBRERO
 La Primera Guerra Mundial creó en Rusia las condiciones para la revolución: - Desastre militar. - Descenso en la producción agrícola. - Malestar entre obreros y campesinos. - La población se empieza a organizar en soviets. - Oposición política al zar exigiendo su abdicación por parte de : • partidos burgueses. • campesinos. • obreros ( mencheviques y bolcheviques) 
CAÍDA DEL ZARISMO :  En Febrero 1917 revolución de S. Petersburgo.  Rusia se convierte en una República democrática, con un Gobierno provisional.
 CREACIÓN DE LA URSS: 
1922  Estado federal que reunía las nacionalidades del Imperio de los zares.  Se gobierna con un Parlamento (Soviet Supremo) y un partido: el PCUS. Tenia un sistema totalitario y “la dictadura del proletariado.” LENIN muere en 1924  PUGNA por el poder: entre los dos dirigentes del partido Trotski y Stalin. Trotski: partidario de exportar la revolución a otros países. Se exilió y fue asesinado en1940. Stalin: socialismo en un solo país la URSS, se convirtió en Secretario General del PCUS. Escudo de la URSS

 EL ESTALINISMO
 Stalin estableció una dictadura con Política: economía y sociedad culto a su persona. colectivistas para hacer de la URSS  La represión se ve en los “grandes una potencia industrial. procesos de Moscú”(1936-1938), Medidas: aparato policial que encarceló, ejecutó -Se prohibió la propiedad privada. o deportó a campos de trabajo a los -Prioridad a la industria pesada. opositores a Stalin. -Economía dirigida por el estado. Resultados: rápida industrialización Bandera de la URSS 1923-1980

 LA MUJER DEL SIGLO XX 
Surge un nuevo modelo femenino, basado en la nueva mujer americana:  Mayor acceso a la educación. Ejercicio de nuevas profesiones.  Cierta independencia económica. Nuevas costumbres sociales. EN ALGUNOS PAISES EUROPEOS SE HIZO REALIDAD EL VOTO FEMENINO.
 Aumento de la productividad y reducción de costes : TAYLORISMO  Aumento del salario obrero, de las campañas publicitarias Compra a plazo y préstamos: CONSUMO DE MASAS Auge de la bolsa Crisis de superproducción: Después de la Guerra Mundial, las exportaciones disminuyen, bajan los precios, acumulación de Stocks, consumo disminuye Empresas quiebran. Los campesinos no pueden devolver los préstamos, endeudados para adquirir tierras y maquinaria

El fascismo italiano ITALIA de La 1ª guerra mundial la posguerra dejó secuelas humanas y económicas. 
• Se incrementa el coste de la vida.
• Disminuyen los salarios.
• Aumento del paro.
 • Inestabilidad política.
 • Crisis económica: en el norte, movimientos huelguistas y miedo a la revolución social. Benito Mussolini en 1919 intenta frenar el movimiento obrero.

 La Milicia Voluntaria para la Seguridad Nacional fue un cuerpo paramilitar de la Italia fascista. Debido al color de su uniforme, sus miembros fueron conocidos como camisas negras. Se organizaron por Benito Mussolini como el instrumento violento de su movimiento fascista En 1921: PARTIDO NACIONAL FASCISTA Construcción de un Estado fuerte y una política exterior expansionista. Apoyado por la burguesía, grandes propietarios, Iglesia católica y monarquía (Víctor Manuel III.
 DICTADURA FASCISTA:
 1922-1925, restricción de libertades y persecución de sus oponentes. 1924, instauró un régimen autoritario, donde Mussolini tenia plenos poderes, le llamaban el “Duce.”  Se prohíben los partidos políticos y la huelgas.  Se sustituye el Parlamento por la “Cámara de los Fasci” y los sindicatos por sistemas de corporaciones por oficios. Se controla la vida social y la económica.

EQUIPO.9. CONSECUENCIAS POLITICAS, ECONOMICAS Y SOCIALES DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

CONSECUENCIAS ECONOMICAS



Al término de la guerra fue necesario reconvertir las industrias que habían estado destinadas durante años a la producción de guerra. El proceso fue lento y se vio entorpecido por una crisis que se alargó hasta 1924. La "economía de guerra" dislocó el sistema productivo y eliminó de la política económica los principios del liberalismo. La tendencia se consolidó durante la posguerra fruto de las políticas de los gobiernos de izquierda, especialmente los socialdemócratas. El intervencionismo económico del Estado fue la pauta seguida durante el período de entreguerras salvo en el caso de Estados Unidos, hasta la llegada a la presidencia de F. D. Roosevelt.
El gasto bélico se financió en parte acudiendo a las reservas de oro y al endeudamiento mediante la emisión de deuda pública, complementado con el recurso a créditos exteriores, especialmente de origen estadounidense. Se recurrió a la fabricación del papel moneda, lo que provocó una fuerte inflación, agravada en la posguerra por el desequilibrio entre demanda y producción.
Sin embargo hubo países a los que la guerra benefició económicamente. En primer lugar aquellos que habían permanecido neutrales durante el conflicto y se habían convertido en proveedores de materias primas y alimentos para los contendientes, casos de Brasil, Argentina y España.
Pero fundamentalmente la guerra consolidó el crecimiento de dos grandes potencias: Estados Unidos y Japón cuyo comercio experimentó un aumento sin precedentes en detrimento de las potencias tradicionales de Europa, que perdieron sus mercados exteriores y vieron cómo su espacio económico se fragmentaba.
Estados Unidos prestó importantes cantidades de dinero a los aliados y les suministró abundante material bélico, bienes de equipo y víveres. Se convirtió en el mayor acreedor (más de 250 mil millones de dólares) de los países europeos, que en adelante entraron en una estrecha dependencia de los créditos norteamericanos para hacer frente a la reconstrucción económica. El dólar se convirtió junto a la libra esterlina en el principal instrumento de cambio en las transacciones internacionales y la bolsa de Nueva York consiguió el liderazgo mundial.

CONSECUENCIAS SOCIALES.

La incorporación de la mujer al sistema productivo durante el conflicto rompió el monopolio que hasta entonces habían ejercido en él los hombres, alterando con ello los esquemas tradicionales de desarrollo del capitalismo. Durante la guerra la mujer adquirió conciencia de su capacidad para desarrollar las habilidades de los hombres y demandó un creciente protagonismo en el mercado laboral.

Las clases medias salieron empobrecidas del conflicto, en tanto que surgieron nuevas fortunas relacionadas con la producción de armas y la especulación de víveres. Las masas obreras sufrieron una importante pérdida del poder adquisitivo de sus salarios a causa de la inflación y fueron protagonistas de una intensa agitación laboral, concretada en una oleada de huelgas que se hicieron eco de la revolución bolchevique rusa.
Un país especialmente sensible a la crisis y a la agitación social fue Alemania, obligada tras los tratados de paz a indemnizar a los vencedores con ingentes sumas de dinero.


CONSECUENCIAS  POLITICAS.

Los cuatro imperios existentes antes del final del conflicto (Austria-Hungría, Alemania, Turquía y Rusia) desaparecieron con sus correspondientes casas reinantes, dando lugar a repúblicas. La revolución bolchevique, acaecida durante guerra, marcaría un hito en la historia de la humanidad por ser la primera que dio como resultado el nacimiento de un estado comunista, que jugaría un papel determinante en la historia del siglo XX.
El fin del conflicto alteró el mapa europeo y colonial
Los antiguos imperios Austro-Húngaro, Turco y Rusia sufrieron grandes pérdidas territoriales, de donde surgieron nuevos estados: Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Polonia, Yugoslavia, Checoslovaquia y Hungría.
Alemania perdió Alsacia y Lorena, que pasaron a manos francesas, así como todos sus territorios ultramarinos.

EQUIPO.8. TECNOLOGIA MILITAR DE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

La Primera guerra mundialDio un empuje decisivo al diseño y mejora tecnológica de las aeronaves.En el periodo de entreguerras se fabricaron aparatos que podían alcanzar los 3.000 metros de altura.En esta época destacan algunos vuelos históricos, como la travesía de Atlántico de los británicos John William Alcock y Arthur Whitten en 1919; o el de Charles Augustus Lindberg, que realizó la travesía del Atlántico Nueva York-París en solitario sin escalas en 1927, a bordo del Spirit of St. Louis.También es digno de mención el primer vuelo del autogiro de Juan de la Cierva en 1929.
 La aeronáutica militarEn 1912, el ejército alemán creyó que el arma aérea podría llegar a ser un elemento fundamental en los futuros operativos militares.Primeros aviones militares: los biplanos. El motivo: motores de combustión internapoco desarrollados, y además de aportar poca velocidad eran propensos a variados fallos.Las necesidades militares estimularon a los diseñadores a construir y probar nuevos motores, materiales y estructuras.Durante el conflicto, se construyeron más aviones que durante el espacio de tiempo transcurrido desde que se realizara el primer vuelo, poco más de una década antes.
 La aeronáutica comercialLos descubrimientos realizados durante la posguerra fueron utilizados con fines comerciales.En 1916, se creó en Estados Unidos el servicio de correo aéreo, en lo que fue la primera aplicación comercial de los aeroplanos.En 1920 estaban en funcionamiento las primeras líneas aéreas para correo y pasajeros.El servicio transcontinental se inauguró en 1921.En 1926 se inauguró más de una decena de líneas aéreas nacionales en Estados Unidos. 
 En abril de 1915 los alemanes comenzaron a utilizar los gases asfixiantes. Se juzgó que serían un arma definitiva pero el uso de las máscaras neutralizaron su temible potencia inicial. 
 EL TANQUE: Fue un arma decisiva, fue el artífice la de la victoria aliada. La idea de un artefacto que pudiera derribar alambrados, destruir nidos de ametralladoras y dirigir el avance de la infantería, nació conjuntamente en Francia y Gran Bretaña. Los británicos prepararon en secreto los blindajes y fabricaron en gran escala modelos ligeros de las casas RENAULT y otras. 
 CONTROL DE LOS MARES: Los aliados controlaron los mares, la flota británica se exhibió como una fuerza invencible. Los alemanes recurrieron a la guerra SUBMARINA. (submarino) otra innovación decisiva en la contienda, el ataque a transportes civiles, provocó la protesta de los países neutrales y fue uno de los motivos de la intervención de EE.UU. en la guerra. 
 Ametralladora aleman:
 Las grandes formaciones de acorazados marcaron la pauta en la guerra de superficie. Se trataba de buques de gran tonelaje y fuerte blindaje dotados de artillería de grueso calibre. Si bien los alemanes hicieron todo lo posible por emular la potencia de fuego de la marina británica, a la postre dedicaron sus mayores esfuerzos a desarrollar el arma submarina que asestó hasta 1917 duros golpes a la navegación de superficie.
 Los medios de transporte y comunicación ,junto al ferrocarril y al automóvil, que permitieron el rápido y masivo traslado de tropas y pertrechos, jugaron un importante papel en esta guerra aparatos como el telégrafo, la radio y el teléfono, imprescindibles en la transmisión de mensajes entre los estados mayores y las tropas.a

EQUIPO.7. LA SEGUNDA REVOLUCION INDUSTRIAL Y EL RENACIMIENTO DE ITALIA Y ALEMANIA

A partir de 1870 se produjo una segunda revolución industrial. El gran capitalismo 
* Las empresas aumentan su producción, amplían sus instalaciones y necesitan más mano de obra.
 * Aparecen nuevos sectores productivos como el del acero y el químico. 
 * Surgen nuevas fuentes de energía: el 
 *Se forman grandes asociaciones de empresas petróleo y la electricidad. (trusts, holdings y cárteles) que llegan a controlar sectores productivos completos, 
* La necesidad de mayores inversiones da sustituyéndose la libre competencia del primer lugar a la aparición de las sociedades capitalismo industrial. anónimas (S.A.) 
* Surge un mercado mundial en el que Europa, 
*Los bancos participan en el capital de las EEUU y Japón elaboran los productos empresas. industriales vendiéndolas al resto del mundo que aporta las materias primas para su fabricación. 

  El progreso de las comunicaciones El aumento de la producción y del comercio requirió un crecimiento paralelo de los medios de comunicación, a nivel local, nacional y mundial.
 *El barco de vapor, con casco de hierro, sustituyó a la navegación a vela a partir de 1870. Los canales fluviales facilitaron el comercio sobre todo en Inglaterra y Alemania y se construyeron los canales interoceánicos de Suez y Panamá. 
 *El automóvil impulsado por el motor de explosión alimentado con derivados del petróleo, se desarrolló a partir de 1885. 
 *La aviación contó con los dirigibles del conde Zeppelin desde finales del siglo XIX, y a principios del XX los hermanos Wright construyeron los primeros aviones de hélice. 
 *Las telecomunicaciones también caracterizaron la nueva fase del capitalismo: el telégrafo, el teléfono y la radio dieron nuevos impulsos al comercio y a la comunicación. 
 *El ferrocarril se extendió por toda Europa, favoreciendo el comercio y estimulando el desarrollo de la industria siderúrgica.
 Innovaciones tecnológicas La electricidad: El uso de la electricidad en el alumbrado y en motores fue un gran avance para la humanidad. Thomas Alva Edison inventó en 1879 la bombilla eléctrica, que sustituyó al alumbrado de gas. El motor eléctrico se aplicó al ferrocarril en la misma época y en 1887 se empezó a construir el metro de Londres. A finales de siglo aparecieron los tranvías eléctricos en las grandes ciudades. 
 La metalurgia: Las nuevas aleaciones de hierro, y especialmente el acero, un material a la vez duro y elástico, ofrecieron múltiples posibilidades no solo para la expansión del ferrocarril sino también para las industrias de la construcción naval y armamentística. Aparecen nuevos metales como el acero inoxidable y el aluminio. servilleteros de aluminio de 1880. 
 La industria química: Fertilizantes químicos, colorantes sintéticos, productos farmacéuticos y explosivos como la dinamita, inventada por Alfred Nobel (1833-1896), fueron algunas de las principales aplicaciones de los descubrimientos químicos en la industria. Alfred Nobel 
 Las extraordinarias aplicaciones del acero en la construcción se pusieron de manifiesto en la Exposición Universal de 1889. Allí presentó Gustavo Eiffel su famosa torre metálica, de una altura hasta entonces imposible de alcanzar con los métodos de edificación tradicionales. 
 Consecuencias del capitalismo A partir del siglo XIX se evidencian los riesgos y consecuencias del capitalismo: 
* La superproducción o exceso de producción de bienes industriales que satura el mercado al no encontrar compradores suficientes. 
* Las oscilaciones de los precios de los metales preciosos o de las materias primas. La inflación favorecida por subida de precios, emisiones masivas de dinero por parte de los estados y desajustes entre la oferta y la demanda.
 * Inversiones poco rentables que provocan la quiebra de bancos y empresas.
 * Las consecuencias de esas crisis fueron el cierre de empresas, el paro, la extensión de la pobreza y el descontento social.

EQUIPO.6. LOS MOVIMIENTOS NACIONALES Y LOS PROCESOS DE UNIFICACION DE ITALIA Y ALEMANIA

LA UNIFICACION ITALIANA.
Italia conformaba plenamente una comunidad nacional, sin embargo, carecía la unidad política. Luego del congreso de Viena, la península itálica quedó considerablemente fragmentada. Entre los estados principales que en ella existían podemos mencionar al reino de Piamonte, los ducados de Parma , Modena y toscana; más la Lombardia y el Veneto, que estaban en manos de los austríacos.
El deseo de los italianos de conformar su unidad política era muy intenso y tuvo su expresión más radical en un movimiento nacionalista, de fuertes raíces populares, cuyo representante principal fue Mazzini. El objetivo de tal movimiento era conseguir la unificación italiana liquidando a las monarquías y estableciendo una República. Se trataba pues, de una tendencia que aspiraban a unir a Italia por vía revolucionaria, basándose en el pueblo y en su lucha.
Esta tendencia nacionalista generó todo un movimiento cultural e intelectual denominado el “Risorgimiento”, el cual buscó fundamentar en el terreno de la cultura y el pensamiento la necesidad de la unificación política.
Encabezados por Mazzini, los nacionalistas italianos de tipo radical habían luchado denodadamente contra Austria, que aparecía como el principal obstáculo para conseguir la unificación. La monarquía austríaca, en efecto, dominaba la vida política italiana impidiendo cualquier cambio progresista, oponiéndose a la concesión de las libertades que atentasen contra el orden político establecido. Mazzini y los nacionalistas radicales se habían levantado en 1848 contra los austríacos, pero habían fracasado.
Pero en Italia también existían los partidarios de realizar la unificación del país “por arriba”, es decir, por vía moderada, Tal era el caso del reino de Piamonte, encabezado por su Rey Víctor Manuel II y su ministro Cavour. Estos profesaban un liberalismo moderado.
Cavour procedió a tomar la iniciativa. El problema a resolver era cómo enfrentar a una potencia mucho más poderosa, como lo era Austria. La conclusión fue que ello sólo sería posible con la ayuda de otra potencia igualmente poderosa. De allí que se resolviera acudir pidiendo el apoyo a Francia, gobernada por Luis Bonaparte, quien se manifestaba partidario del principio nacional y que recelaba de la influencia austríaca.
La alianza Franco - piamontes que de tal modo se gestó, declaró la guerra a Austria. En las sangrientas batallas de Magenta y Solferino ésta última fue derrotada y debió retirarse de la Lombardia, la que cedió definitamente en virtud del Tratado de Zurich (1859). Luego, alentados ante los resultados obtenidos en diversos pequeños estados de Italia estalló una serie de levantamientos nacionalistas que pugnaban por la unificación con el reino de Piamonte. Así este pudo anexarse Toscana, Modena y Parma, que hasta entonces se habían mantenidos como ducados independientes. Mientras tanto,, Francia le había retirado el apoyo a sus ex aliados piamonteses por el temor a una guerra de mayor envergadura con Austria en donde los prusianos podían intervenir en favor de esta última.
A los resultados del proceso de unificación obtenidos en el norte, hay que agregar el desarrollo de la situación en la parte sur de la península. Aquí la lucha era dada por Garivaldi, un guerrillero que había formado un ejército popular con el fin de derribar a las dinastías y establecer la unificación Italiana sobre una base republicana . Las pretensiones de Garivaldi fueron en gran medida conseguidas.. En efecto, logró derrotar a la dinastía de Borbones que gobernaba el reino de Nápoles y Sicilia. Con el sur bajo su control Garivaldi procedió a sacrificar sus convicciones republicanas en aras de sus ideales nacionalistas. Fue así que resolvió colocar bajo la soberanía del Rey del Piamonte todos los territorios meridionales de la península. De tal modo, Víctor Manuel fue proclamado como Rey de Italia (1861).
Sin embargo, la unificación italiana todavía no estaba completa. Los Austríacos seguían dominando en el Veneto y al centro de la península subsistían los Estados Pontificios, que se negaban a ceder su soberanía. Las potencias católicas se empeñaban en mantener al Papa en su papel de jefe de estado. En especial era importante el apoyo prestado por Francia, la que incluso puso a disposición del pontífice una serie de destacamentos militares que se instalaron en Roma con el fin de prevenir cualquier intento de Víctor Manuel por apoderarse de esta cuidad. Los nacionalistas no ocultaban sus pretensiones en el sentido de que precisamente Roma debía ser la capital de la Italia. Pero ello todavía tendría que esperar.
La incorporación del Veneto a Italia se produjo en 1866, luego de la guerra Austro - prusiana. En aquella oportunidad los italianos participaron como aliados de Prusia, la que resultó vencedora. Austria , entonces debió entregar el Veneto, el que pasó a la soberanía itálica.
La incorporación de Roma a la soberanía italiana se dio en el contexto de la guerra Franco - prusiana de 1870 - 71. En aquella oportunidad, los franceses debieron retirar sus tropas de los Estados Pontificios a fin de utilizarlas en el conflictos. Aprovechándose de ello Víctor Manuel entró en Roma y la proclamó como su capital. De tal manera quedaba sellada la unidad italiana (1870).


LA UNIFICACION ALEMANA.

En Alemania, al igual como en Italia, existía un fuerte sentimiento nacional. Sin embargo, el país se hallaba dividido en 39 estados, los cuales conformaban la “Confederación Germánica”. Esta había sido creada por el Congreso de Viena. Encabezados por Austria los representantes de la Confederación sesionaban en la ciudad de Francfort.
La unidad nacional alemana era una necesidad sentida sobre todo por la burguesía, cuyos negocios se veían fuertemente perjudicados debido a la existencia de una serie de barreras aduaneras internas entre los Estados confederados. Tales barreras, sin duda, frenaron el crecimiento económico.
Junto a la burguesía que se encontraba interesada en avanzar hacia la unificación política, existía una fuerte corriente intelectual que se inclinaba en el mismo sentido. Uno de sus representantes principales había sido el poeta Shiller.
También entre los distintos estratos populares se desarrollaba un acentuado sentimiento patriótico , el que había sido muy estimulado por la resistencia que hubo que oponer a Napoleón durante el imperio. Los únicos intereses que no se orientaban en el sentido de la unificación del país eran las dinastías de los distintos Estados de la Confederación.
A la larga, las necesidades derivadas del desenvolvimiento económico entraron a tener peso creciente. Fue así como en 1834 se estableció el “ Zollverein “ o unión aduanera entre los Estados del Norte de la Confederación. A través de esta medida se suprimieron las barreras comerciales internas que hasta entonces habían separado a los estados firmantes de tal acuerdo. Con el tiempo, nuevos Estados se fueron sumando al Zollverein.
La creciente unificación aduanera condujo a Alemania a una gran prosperidad económica. La revolución industrial fue adquiriendo una ascendente velocidad, y con ello el desarrollo del capitalismo. Sin embargo, este proceso requería de la unificación política del país.
Uno de los obstáculos mayores que interponían en el camino de la unificación era la dualidad existente entre Prusia y Austria, las dos principales potencias de la Confederación. El problema que se planteaba era en torno a cual de ellas se unificaría el país. Durante la revolución de 1848 los liberales habían conseguido la conformación de una Asamblea Nacional la que, reunida en Francfort, propuso la conformación de un imperio federal cuya corona le seria concedida al rey de Prusia. Sin embargo, el proyecto fracasó precisamente debido a la oposición de Austria y al hecho de que luego la revolución fuera derrotada. Así, la tarea de la unificación nacional siguió pendiente.
Durante la década de los sesenta Prusia, bajo su rey Guillermo I y su canciller Otto Von Bismarck, hará esfuerzos decisivos para conseguir la unidad alemana “por arriba”. Ello, sin dudas implicaba entrar en un conflicto con Austria puesto que las pretensiones de Bismark eran convertir a Prusia en el eje del proceso unificador.
Consciente de tales implicancias, el canciller llegó a la conclusión de que para unificar a Alemania en torno a Prusia se requería excluir a Austria y, a la vez, valerse de la guerra como único medio posible para lograr los fines propuestos.
En 1864 estalló un conflicto armado por los ducados de Schleswig y Holstein, hasta entonces pertenecientes al Rey de Dinamarca. Prusia y Austria actuaron unidos contra los daneses, a los que lograron arrebatarles fácilmente los ducados, incorporándolos luego a la Confederación Germánica. Provisoriamente se resolvió que el Holstein quedaría bajo la administración de Austria mientras que Schleswig sería administrado por Prusia.
La importancia del conflicto por los ducados consistió en que de él saldrá más adelante el pretexto utilizado por Bismarck para declararle la guerra a Austria y para excluirla de Alemania. En efecto, en 1866 Prusia acusó a los austríacos de mala administración del Holstein, demandando que el control de dicho ducado pasara por sus manos. Austria no aceptó, por lo cual estalló la guerra. Los prusianos, que poseían el mejor ejército de Europa, derrotaron a las fuerzas austríacas en la batalla de Sadowa (1866). Luego de ella se firmo el tratado de Praga por el cual se disolvía la Confederación de Alemania. Por efectos del mismo tratado, se creó la Confederación de Alemania bajo la dirección prusiana. De tal manera, sólo los estados del sur no quedaron unificados bajo Prusia.
Por su parte Austria, impedida de desarrollar su influencia hacia el norte y hacia el occidente, se esforzará por expandirse hacia el este, especialmente en dirección a los Balcanes. El resultado de ello será la formación de la monarquía Austro - húngara y una serie de conflictos con Rusia que aspiraba igualmente a ejercer su hegemonía en aquellas regiones.
La unificación total de Alemania sólo se lograría luego de la guerra franco - prusiana de 1870 - 71. Los orígenes de esta conflagración son confusos, pero, en último término, fue el resultado del antagonismo derivado del temor de Francia ante el surgumiento de una poderosa potencia germánica, que podía poner en peligro su influencia en el continente. De allí que Napoleón III se interesase por detener a Prusia. Esta, por su parte, veía que un conflicto con Francia le permitiría unificar en torno a sí a todos los alemanes y, de tal modo, culminar el proceso de unificación nacional.
Estallada la guerra, tal como lo previó Bismarck, los estados del sur apoyaron a Prusia. De tal modo, los alemanes vencieron a Francia en las batallas de Sedán y Metz. Napoleón III hubo de abdicar y así el segundo Imperio francés llegó a su fin. Por la paz de Francfort los franceses hubieron de ceder la Alsacia y la Lorena. Paralelamente, los distintos estados alemanes reconocieron a Guillermo I como su Rey ( 1871). La unificación Alemania había sido realizada.